En Sellin creemos en el contacto humano, en el intercambio cercano con el otro, como única forma para conocer y comprender a cabalidad las dificultades y necesidades que enfrentan. Es por esto que recorremos Uruguay, tomando contacto de primera mano con las integrantes de las comunidades productoras, escuchando sus relatos sobre las barreras que deben enfrentar cuando buscan una forma genuina de generar ingresos para su hogar. Hasta aquí seguramente no es nada nuevo, en mayor o menor medida cada uno de ustedes conoce las increíbles limitaciones y barreras que nuestro país plantea a los productores, tanto en términos logísticos como de conocimiento de mercados tan cercanos/lejanos como Montevideo.
Pero los más de 55.000 kilómetros recorridos y las entrevistas con algo más de 1.000 emprendedoras, nos llevó a conocer otras facetas de esta realidad. Las limitaciones de acceso a mercados fuera de sus localidades, muchas veces son utilizadas en beneficio propio por diversos actores del medio.
Ocultar la identidad de las Tejedoras Rurales, es una herramienta para mantener viva la dependencia, que permite fijar los precios que mejor convengan a quien pone la grifa. Un pedido que en mayor o menor medida, es transversal a todas las comunidades que hemos contactado y sobre el cual decidimos construir esta historia, que ojalá sea la primera de muchas.
En esta construcción se sumó el equipo de Sámago, Ernesto, Pablo, y Clarita, comprometidos desde el primer momento. Casa Sámago era el espacio natural para poder mostrar y ofrecer los productos de las comunidades de Mujeres Tejedoras Rurales y con ese objetivo nos pusimos a trabajar.
Esta iniciativa nuclea a Flor de Lana del Valle del Lunarejo en Rivera, Dlanas integrada por tejedoras de distintos rincones de Durazno y Desde Dentro que hace lo propio con mujeres de la región de Mariscala en Lavalleja.