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Tapabocas a medida.

Con el mes de julio llegan las bajas temperaturas y, para muchos, los reencuentros presenciales en oficinas, comercios y espacios públicos, luego de tres meses de distanciamiento físico por la emergencia sanitaria que afecta al país y al mundo debido al COVID-19. Desde Sellin queremos hacer que esa reincorporación a las actividades laborales sea lo más segura y cómoda posible, por eso, estamos creando tapabocas adaptados a las necesidades específicas de cada empresa.

Más que un pedazo de tela

Para que un tapabocas sea realmente efectivo necesita cumplir con ciertos requerimientos técnicos, donde los materiales utilizados juegan un rol fundamental.

Existen diferentes tipos de mascarillas según su finalidad, que se clasifican en equipos de protección individual (EPI), producto sanitario (PS) y mascarillas higiénicas. En base a estos conocimientos, diseñamos cada modelo según lo que la empresa requiera y nos basamos en las normativas y clasificaciones vigentes a nivel internacional, como la norma UNE-EN 149 de la Asociación Española de Normalización y las que rigen a la Unión Europea respecto a los dispositivos de protección respiratoria.

Sabemos que no es lo mismo trabajar en un call center, una fábrica, una escuela, una oficina, un hospital o un espacio al aire libre, por eso, nuestro equipo multidisciplinario está al servicio de nuestros clientes para encontrar en conjunto el mejor modelo que cumpla con las normativas existentes y que cubra las necesidades puntuales de la empresa y del rubro.

Creemos que la personalización va mucho más allá de estampar un logo; se plasma en los diseños funcionales, los materiales, la comodidad, la seguridad y la durabilidad. Asesoramos a las empresas para que su compra sea eficiente y sostenible; por ejemplo, podemos hacer tiras rebatibles para que no haya que comprar una mascarilla entera en caso de que se rompa el elástico.

En tiempo, forma y generando impacto.

Tenemos la capacidad productiva para cubrir la demanda de pequeños y grandes lotes. Sean 50 o 5.000 tapabocas, podemos hacerlo. Contamos con una red de microtalleres en todo el territorio nacional que nos permite asegurar el cumplimiento de los plazos y estándares de calidad que las empresas necesitan.

Desde Sellin buscamos generar una economía sostenible que aporte al desarrollo del país y en este sentido, cada venta que hacemos repercute de forma positiva en las realidades de los emprendedores que forman la red. Es así que la compra de insumos de una empresa se transforma en una herramienta poderosa para generar impacto positivo en la sociedad. Se convierte en un ganar-ganar: por un lado, las empresas se aseguran un producto de calidad, hecho a su medida, competitivo, que cumple con los requerimientos técnicos y que es entregado en los plazos acordados, y por otro lado, la red de emprendedores se fortalece y su desarrollo se consolida y profundiza.

En nuestro vínculo con los microproductores prima la transparencia: ellos son quienes fijan el precio de su trabajo según lo que necesitan ganar y a su vez, conocen a cuánto lo vendemos nosotros y nuestros clientes saben exactamente en quien están impactado positivamente. En Sellin somos el puente de gestión que permite unir a estos dos mundos y hacer que la descentralización sea posible. Uno de nuestros pilares es el desarrollo territorial, por eso para esta iniciativa de la venta de tapabocas estamos trabajando con talleres en cinco departamentos del interior del país. Para nosotros las distancias no son un obstáculo, sino una oportunidad.

Con nombre y apellido.

Las hermanas Alejandra y Cecilia Aiello son de Young (Río Negro) y son las responsables del taller Luz Clara – confección y sublimado, uno de los que se sumó a trabajar en este proyecto y que está con nosotros desde 2019 en la confección de diferentes productos. Cuando surgió la necesidad nacional de utilizar tapabocas para evitar la propagación de la pandemia, Alejandra se comunicó con nosotros para quedar a las órdenes y comenzamos a trabajar enseguida. A la fecha, la dupla de hermanas ya ha confeccionado más de dos mil tapabocas, lo que les significó un gran crecimiento en la facturación.

“En esta época en la que a muchos nos afectó la situación del COVID-19, nos vino muy bien todo este trabajo y poder contar con el dinero. A nosotras nos ayudó mucho y estamos agradecidas”, cuenta Alejandra.

El trabajo con Sellin también las ha ayudado a aumentar la visibilidad de su taller y a mejorar los procesos.

“Para nosotras formar parte de Sellin es algo importante desde el punto de vista laboral y humano. Siempre que teníamos alguna duda contábamos con una persona del otro lado que estaba para respondernos. En lo económico, creo que puede ayudarnos a mejorar nuestras ventas y nuestra visión gracias a las ideas que nos aportaron”, señala Alejandra.

Para otros talleres, el impacto económico también fue importante: la producción de mascarillas que hicieron en cuatro semanas igualaba su facturación de medio año de trabajo. En total ya fabricamos más de quince mil mascarillas para varias empresas que han confiado en nosotros para cuidar la salud de sus empleados, entre ellas, Telefónica, Pronto, Farmashop, Carrasco Lawn Tennis, Aerocargas DHL, Forestal Atlántico Sur, Abstracta y el Banco Interamericano de Desarrollo.

En Sellin hacemos un monitoreo y un registro del impacto positivo que generamos con todas nuestras acciones, al cual pueden acceder las empresas para integrar a sus reportes anuales de sostenibilidad.

Además de los tapabocas, ofrecemos un porfolio de más de 300 productos para regalos o insumos empresariales, realizados bajo los mismos pilares de fomentar el desarrollo territorial y generar un impacto positivo en las realidades de los microproductores del interior del país.

Para nosotros las distancias no son un obstáculo, sino una oportunidad.

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